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8.12.11

Del color de las 3:37 p.m. ( de un jueves)

Mi nombre es hondo

(como el de todas las cosas)

se transfigura al andar del ciclo estacional

(a veces se desnombra y se vuelve un sol desgarrado

en alguna costa de cualquier parte del mundo).

17.11.11

Sobre el lenguaje y la magia (por los secretos siempre nuevos)

" A este diminuto punto que contiene el infinito"


Laberinto óseo, carnal
incienso de opio, fluorescente caos
el mundo esconde epitafios, brazos hermosos, serpenteantes jardines
suavidad repleta de sonidos
acaricias la oscuridad antes del amanecer.

Mis manos inconstantes bordan con encaje negro
el tejido de cielos, árboles, estrellas, años...

en el aire vibran notas, proliferan sobre un círculo de piedras
donde un cuerpo es cocido con roces de labios.

Poder tangible
el pensamiento lo invade todo, retorcido augurio
las flores un tanto húmedas muestran sus aureolas

-lo que pertenece a la tierra vuelve a la tierra, lo que cae del cielo... -

Musgo en las uñas, en los pliegues del ombligo
en el escondrijo de las piedras, en mis zapatos azules
me llené el sexo de palabras mágicas
otras las guardé mas adentro,

tinieblas mentales
los ataviados con ropajes marinos
se desnudan ante el azote demencial de la luna,
la luz los abraza.

- Estas puertas no tienen manijas -

Eco en las cuevas
en el horizonte
en mis cavidades
en cada postura de mi cuerpo,

Plumas afiladas se injertan en mi lengua
suaves, punzantes,

la luciérnaga se hace polvo
polvo de desierto
de hojas que cantan.

La semilla viva refulge
el veneno colapsa en las arterias,
la infusión de lágrimas hierbas ácidas y rojo crepuscular
recorre mi garganta
una gota resbala, recorre mi cuello, pecho,
miro hacia las montañas

-todos perseguimos lo mismo-

La sensación del fuego ciñendo mi cintura sube hasta la nuca,
la tierra respira
una bugambilia cae al agua
el día se diluye.

”Un mundo,
el de las mañanas, el que respira
hasta donde llegas
allá donde los bordes del universo
te contienen
creas, observas
te sientes
mas allá
donde empiezas
la soledad acaricia tu silencio

eres,

espeso plumaje de liquen
se clava suavemente en mi nuca”

22.9.11

Acústica de mí

Como si fuera murmuro
y a la vez golpe de truenos
hilo y deshilo mi desteñido cuerpo,
melodías interminables caen
se diluyen en la cadencia nocturna,
la danza de mi sombra
deja restos de auroras en mis pies.


A través del espejo me desdoblo.


Mirada de abismos
y confusas tempestades
contemplas tu vientre de ramas,
secreto escurriendo sobre la mesa
se escucha arder el horizonte…
la soledad escondida en las sombras respira
los susurros trepan por tus piernas.

Mira como vibra tu devastación
mira como te vuelves aullido,
lanzas conjuros de viento,
los nudos de tu carne se dilatan,
con flores incrustadas en los ojos
llamas a los insectos sonoros del otoño.

Desvanecida en tus aguas,
amas ante las voces supersticiosas de la lluvia
la tinta del amanecer salpica a los pájaros

las voces callan

Con fragmentos de olas entre los dientes
tragas tu reflejo inerme y sigues mirando
cuentas los rostros de las paredes,
acaricias tu silencio y sigues mirando,

piensas en los muros de piedra
en su lengua -único vínculo-
en iluminaciones, la cajita, una puerta, el hilo sonoro
el vino amargo y la consolación
un cráneo.

Llena de ecos, vas destilando mareas
te persigues, escapas
te sabes rumor de aves, percusión terrenal,
te dejas acariciar por los acentos dispersos del ocaso,
y te hablas bajito,
antes de desaparecer entre
las almas que aman y resuenan
bajo las estrellas de noches incendiarias.

3.8.11

Áirea

Aprisiono con placer los roces

de esos dedos volátiles
que provocan que mi corteza
se desprenda
caiga enroscada
se desdoble
y se desconozca.

Bebo las gotas guardadas
de esa lluvia ácida
que se vertía entre las hojas y su cuerpo,
la nada y el silencio,
su cabello y el tiempo
el viento, el agua espesa…
abismos escurrían por la piel
devoraban todo,
(había fuego al final del camino
había unos labios esperando que me volviera agua para beberme).

Floto sobre añicos de estrellas
con las pupilas cristalizadas, vestidas de espejo
y el reflejo mío
(tan palido cuerpo, tan nocturno y leve,
perfumado de delirio
como sostenido por el aire,
a punto de extinguirse
entre líquidas amapolas).

Me deslizo entre el caos,
encuentro el tejido
suave trama, lienzo voraz
me dispongo lentamente a cortar los hilos
las agujas entrelazadas caen
los filamentos se retuercen entre mis manos
y se clavan en la piel
siento su andar en la sangre.

Percibo el derrumbe de la luz
la tibieza de mi falda resbala
adormecida besa el suelo,
me nombro
me sueño y bailo entre artefactos sonámbulos
palabras lilas
diluvios de incienso,
remansos de interminables arrullos
llueven.

Ausente y traslúcida
la nocturna Otra
traga su norte y poniente
bebe el olor azul de "ese lugar"
se duerme sobre su noche mística
y se cubre con el fuego
de la vela que devora las sombras,
muta, arde, agoniza, quema, arde.

17.6.11

La puerta que llama

I
Fragmentada en dos,
luces y sombras hacen huequitos en esta selva
en la que se han transformado sus horas,
"su" realidad con "la" realidad t r u e n a n.

II
Tengo la boca llena de tí
los rastros de tus dedos
perfuman de azul los horizontes.

III
Un soplo te desdobla y caes, te evaporas caes vuelas sigues volando te desdoblas vuelas vuelas vuelas te vas volando te vas volando...te vas volando)

Ligera, vacilante, astral, etérea...como sueños de algas,
como vapor de olas.

8.6.11

Gota de agua

Un árbol
detrás el sol,
flotando en círculos
la niebla,
un ojo abierto uno cerrado,

visiones que pesan tanto
como amaneceres sin luz asomando
entre las enramadas del sueño,

ciertos despertares aúllan
arden en las entrañas
se clavan profundo en el horizonte
se amanece así…
sin escarcha en la piel
con tanta desolación en los labios

como una gota de agua cayendo en la ventana
que se escurre y se prolonga
mas allá de este día
o cualquier otro,
sola va y viene
como un fantasma de bosque
o aparición de madrugada,

sola se reclama
el no ser centella
aire
o voz de acantilado,

no tener siquiera
un suspiro de mar en los bolsillos
una vista de cielo
un amor de tempestad.

La humedad y los bosques
la reclaman,
el reflejo de lluvia,
aquellos peces haciendo el amor con el viento,
la tarde se desliza entre los girasoles.

He aquí la noche,
se derrumba
lo tiñe todo,
y el olor a selva
murmura que hoy
también habrá tormenta.

Sigue cayendo
mas allá de este día
o cualquier otro,
sola va y viene
como un fantasma de bosque
como una aparición de madrugada.

13.5.11

Del cuerpo y los conjuros del alma (simplemente no moriste, solo olías a muerte

Vivo de los pequeños duelos diarios, como el de la libélula que murió en mi sofá. Vivo de la intensidad del ocaso, los colores nocturnos y la música que se desprende del horizonte cuando amanece. Mi ser se colapsa ante los misterios de la niebla, escucho a las ninfas verdes deambular entre mis células y la noche. -Quizá muero en el deseo de perseguir temblores y vibrar en vuelos de seres alados-

Pienso en deshilar mis ojos, en deshacer los nidos de mi cabello…que los pájaros emigren de mi cabeza, pero nunca se van y necesito escribir en mi piel, palabras en tinta de hilo, llenar mis brazos y piernas, mis manos, contar las grietas de mis huellas, abrir mi ombligo, soplar sobre mis pestañas. Soy hija huérfana vida, soy muerte y desde los abismos me observo… sobre mis pasos va mi sombra, enramada, desierta, certera.

Me sumerjo en el andar del tiempo, en el paso de los ríos; hubo ciertos árboles que no me contaron sus secretos, aspiré sus cortezas y nada, solo las llagas de mis manos, los abrazos que se quedaron dormidos, las letras atrapadas en el alma y la palabra mutilada, solo inconsistencia verbal y el dolor de aprender a descifrar silencios, a darle de comer a las polillas, dejar de sentir las goteras, mirar en silencio como el techo se desmorona, guardar el sentir en la cajita frente al espejo. (Déjate caer, sal de la cajita, siente tu mirada en el retrovisor, al sol amaneciendo en la piel, a las hormigas del deseo devorar tu carne).

La Otra, la que habita en mí y fuera de mí se queda mirando, con la sonrisa ligera en los labios, detrás de la ventana con cortinas rojas, esperando, yo me marcho entre las sombras. Si me dejo caer y la locura asoma... las pesadillas se harán mas fuertes, soñaré con Ella, no me iré, su sonrisa me abrazará, me acariciará su aliento y me reventarán las escamas.

Recuerdo la noche del espejo roto, los polvos mágicos, el salir volando. (A veces hueles a muerte, te desdoblas, caes entre cristales que se te entierran y desgarran tu voz de viento, sigue el polvo en tus ojos, vuelves a soñar con conjuros y hechiceras de cielo).

Siento la sustancia que se acurruca en mi interior, caracol lunar que me grita en sueños y me habla al oído cuando estoy despierta, caminando por la calle, entonces todo se transforma en arena, veo las estrellas más cerca, escucho cantar a las cigarras que me persiguen, siempre detrás, a veces en silencio; vuelvo la mirada, lentamente... (y vuelves a existir a la mitad).

Reconozco mi mudez, mis sueños de hojas, recuerdo el día en que me volví pez, me desnudo, f l o t o. Veo la luz de la tormenta, escucho el tronar de su voz en mis huesos y me quedo quieta, persisto en ver mis párpados, en darme la vuelta, las llamas me devoran y me quedo quieta. Mis pasos en la arena siguen frescos de cuando volví del mar, me quedé dormida, atardecía, (te despertó un espíritu, uno que nunca duerme, viste tus piernas y brazos, ya no eras pez, solo escamas, te faltaba el aire, simplemente no moriste, solo olías a muerte, el espíritu que nunca duerme jugó con tus delirios, cabellos, labios y te quedaste quieta).

Pienso en dormir de nuevo y perseguir aquella imagen, en el fondo era un reflejo de hojas, era la entrada a un mundo fugaz paralelo al vacío...los sueños se escurren a través de las sombras.
(y de tu cuerpo siguen
cayendo
nubes).

26.4.11

Me filtro y caigo en esos cielos,

reflejos de sueños remotos,

coloreados bajo la sutil luz,

de la infinita fuga de mi ser.

18.4.11

Costras

Un simple presentimiento
rompe mi sendero,
mis días se transforman,
adquieren tonos convulsos y chillantes,

soy insecto en agonía
pesadilla viva,
reflejo deambulando frente a su morada,

vida atragantada en fragmentos
en dosis mortales,
y de nuevo despertar desconocidos,
chuecos, desertores,

la luna roja,
la humedad y la nada
revientan contra mis ojos inundados,
mi corazón da un salto
el suelo desaparece bajo mis pies,

los lamentos se hacen mas fuertes
viajan con el viento,
sus voces no han muerto,
el silencio está cansado de llenar plazas y azoteas
con el último aliento de los caídos,

siento el olor de su sangre
hecha costras en la tierra,
se parten y florecen através de los huesos mutilados,

Yo persisto,
respiro, grito, me revuelco
e imploro
y toda mi garganta se llena de agujeros,

de astillas clavadas
una por cada minuto que mi ser permaneció
cuando aquellos cuerpos no vieron la luz,

mi hoy sigue torcido
mis oídos se contraen ante los susurros,
enciendo una vela,
respiro,
con su pequeña luz,
camino.

Transmuerte

Suave invierno, roce de ecos
en tu poniente descanso,
mientras de tu seno
se desprende el cielo.

Me vuelvo pez,
estremecida
en el doloroso derrumbe de las hojas,
Lirio transfigurado,

me hundo en mareas boreales,
bebo de ellas,
cruzo las aguas de este tiempo,

- de solsticio a equinoccio, cuarto menguante.

Escapo entre abismos
alimentándome de las ansias de los álamos,
los que esperan
los que reverdecen.

Hiberno en el corazón tierra,
escucho a lo lejos el cantar del búho,
el arrullo perenne del viento
circula entre mis recuerdos,

sueño con el silencio astral,
con hilvanar memorias en mi vestido
no dejarte ir nunca!
mi Invierno
mi cuarta nube
mi cerrar de ojos,
mi sufrir en paz.

Pero tu ausencia vuela
de norte a sur
evocación de sangre,
aún tu sabor
estalla en mi dormida lengua.

Busco en mis entrañas
de raíces congeladas,
avanzo poco a poco
voy perdiendo cada célula,

soy cuerpo entumecido
roto...
las aves comerán los trozos

seré barro,
semilla
ala zentzontle
horizonte lunar.

10.3.11

Cihuanahualli ( cuatro- movimiento)

Mujer fugaz

taciturna esencia,

inmensa la noche en tus ojos

anodina la fuerza en tus conjuros,

me inclino ante la cúspide de tu fuego

y sumerjo mis manos en tus abismos de labios

de tinta y tempestades que danzan en tu centro,

colapsando tu ombligo.


No hay parte de tu ser que no sea expuesto

-En tus trazos el ocaso se desmayó en murmullos
te regaló sus sueños-

Y en la tierra…el tiempo

avanzando lento, devorando tu misterio,

ya no hay aureolas cobijando tu cama,

la fragancia de las musas te ha abandonado.


Brota! mujer de sangre

por mis poros y los de ellas,

que tu presagio se extienda hasta los confines del sol

que nazcas de nuevo,

que las palabras de sangre sean inmortales.


Que contemple tu belleza inspiradora

en la flor boreal,

en el sexo de la esquina,

en la mirada que odia la sensualidad voraz,

en la que la desea.


Que nazcan letras, colores, vida

de los putrefactos trozos que del corazón caen

o del sentir sublime de atardecer en paz.


Brota, mujer de sangre

revienta mi piel con tus espejos,

y a través de los ecos que se extienda tu voz,

que tu tinta corra dibujando ríos

y tu lienzo, mágico tejido

conciba orquestas, caricias púrpuras

tempestades, parálisis,

locura.


18.2.11

Encuentro con el Espíritu

La noche trepa por la cúpula celeste,
siento el calor del fuego extenderse
desde las cenizas hasta la copa de los árboles,
suspendida en su abrazo escucho el llamado,
adentro!
mi interior se contrae,
percibo el tintineo del viento
susurros,
ecos de otros que en esta tierra trazaron un camino,
las ramas chocan unas con otras
en el cielo las estrellas brillan como caricias de luz a mis pupilas,
el espíritu sigue cantando.

La luna juega con mis párpados
su luz abre mis venas,
respiro al compás de su vértigo,
ilumina mi cuerpo
mi ser perdurable,
mi voracidad.

Respiro,
el sabor a madera quemada inunda mis sentidos,
siento en mis pies el latir de la tierra
me vuelvo instrumento melódico
sonando al ritmo de sus vibraciones,
me convierto en extensión de raíces,
en mujer corazón de obsidiana.

Mi piel siente la caricia de la vida
abro los ojos,
conozco el camino de vuelta
ya he transitado por aquí,
mis ancestros dejaron huellas de su imperecedero andar,
en mi sangre llevo grabado el mapa
del interior que late y arde en los ombligos color tierra,
en los atardeceres rizados del campo
en las trágicas y tan dulces noches de la costa,
las serpientes son sagradas dicen,
los nahuales salen de noche
una buena sobada todo lo cura
y nunca,
nunca vayas sola por los callejones.

1.2.11

Metamorfosis

Las luciérnagas danzan en mi ventana
el viento tibio cubre mis labios escarchados,
me reclino ante la luz que viste mis auroras
una suave melodía derrite los delirios de mi almohada,
me hundo en el lento descenso del sol en las montañas.

El silencio recorre mis huesos
y se confunde con las vibraciones de los recuerdos,
signos grabados en mis pupilas cautivas,
dilatadas de ti.

Crisálidas de fuego arañan mi esqueleto,
eclosionan y sus alas me queman al salir por la garganta,
me retuerzo en el movimiento de tu distancia
tus silencios revientan mis deseos.

Contemplo las memorias de tus manos
proyectando caricias que pintan las paredes rotas de mi morada
me miro al espejo, la locura asoma,
vendrás?

Tempestad muda,
olas embravecidas golpean mi cintura
horizonte llano,
el azul celeste deambula entre las sombras
que de la luna se deslizan hasta mis pies.

Vuelve la marcha fatalité
trepo por los pilares derruidos hasta alcanzar
los labios del silencio
me entrego al dolor de mis atavíos desgarrados.

La mariposa de fuego levanta el vuelo
me confundo en los suaves surcos que al viento dejan sus alas,
cierro los ojos,
giro envuelta en los distantes sueños
de mi ser suspendido en tus lunares.

Amanezco,
percibo el sabor de mi ser oxidado
las escamas brotan de nuevo entre mis párpados
estoy muda y delirante,
la locura me acaricia,
sonrío
las luciérnagas yacen tendidas en silencio,
bajo mi ventana.