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17.11.11

Sobre el lenguaje y la magia (por los secretos siempre nuevos)

" A este diminuto punto que contiene el infinito"


Laberinto óseo, carnal
incienso de opio, fluorescente caos
el mundo esconde epitafios, brazos hermosos, serpenteantes jardines
suavidad repleta de sonidos
acaricias la oscuridad antes del amanecer.

Mis manos inconstantes bordan con encaje negro
el tejido de cielos, árboles, estrellas, años...

en el aire vibran notas, proliferan sobre un círculo de piedras
donde un cuerpo es cocido con roces de labios.

Poder tangible
el pensamiento lo invade todo, retorcido augurio
las flores un tanto húmedas muestran sus aureolas

-lo que pertenece a la tierra vuelve a la tierra, lo que cae del cielo... -

Musgo en las uñas, en los pliegues del ombligo
en el escondrijo de las piedras, en mis zapatos azules
me llené el sexo de palabras mágicas
otras las guardé mas adentro,

tinieblas mentales
los ataviados con ropajes marinos
se desnudan ante el azote demencial de la luna,
la luz los abraza.

- Estas puertas no tienen manijas -

Eco en las cuevas
en el horizonte
en mis cavidades
en cada postura de mi cuerpo,

Plumas afiladas se injertan en mi lengua
suaves, punzantes,

la luciérnaga se hace polvo
polvo de desierto
de hojas que cantan.

La semilla viva refulge
el veneno colapsa en las arterias,
la infusión de lágrimas hierbas ácidas y rojo crepuscular
recorre mi garganta
una gota resbala, recorre mi cuello, pecho,
miro hacia las montañas

-todos perseguimos lo mismo-

La sensación del fuego ciñendo mi cintura sube hasta la nuca,
la tierra respira
una bugambilia cae al agua
el día se diluye.

”Un mundo,
el de las mañanas, el que respira
hasta donde llegas
allá donde los bordes del universo
te contienen
creas, observas
te sientes
mas allá
donde empiezas
la soledad acaricia tu silencio

eres,

espeso plumaje de liquen
se clava suavemente en mi nuca”